sábado, 22 de diciembre de 2012

La economía en el mundo del revés

Por Ricardo Panico

El secretario general de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) advirtió que el crecimiento de la economía global se desacelerara aún más en 2012. En 2010 fue de 4,1 %. En 2011, 2,7% y este año se espera 2,3%.

Las economías desarrolladas crecerán alrededor de 1%, debido principalmente a la actual recesión de la Unión Europea, contrastando con el crecimiento de 4 a 5% de las economías de los países en desarrollo. Sin embargo estas economías están perdiendo fuerzas al no poder evitar el impacto de los problemas de los países desarrollados .

A pesar de la ya débil demanda privada, algunos países desarrollados están aumentando la presión fiscal con el fin de reducir la deuda pública y restablecer la confianza de los mercados financieros. Sin embargo esas políticas han debilitado aún más la demanda interna y el crecimiento, lo que va en contra de los resultados buscados.

Algunos gobiernos tratan de estimular el crecimiento mediante reducciones de salarios y otras reducciones de costos, para mejorar su competitividad y así aumentar las exportaciones. Para algunos países dentro de la unión monetaria, esto representaria una devaluación. El problema de una política así, es que dañaría la demanda interna severamente antes de conseguir incrementar la competitividad, afectando la credibilidad del ajuste.

Muchas economías en desarrollo han basado su crecimiento en el estímulo a la demanda interna y la adopción de medidas contracíclicas como por ej estímulo fiscal y crédito expansionario. También han logrado prevenir el aumento del desempleo y hasta han posibilitado el crecimiento del salario real.

A todo esto, en algunos de estos países se suman subsidios públicos que han promovido el consumo privado y consecuentemente estimulado la inversión productiva, aunque no siempre ha sido suficiente para evitar la desaceleración del crecimiento.

El menor crecimiento que estan teniendo los países en desarrollo debido a la contracción económica de los desarrollados, se ve en los menores volúmenes de exportación y a la tendencia declinante de los precios de los comodities.

Por otra parte la inestabilidad financiera y la excesiva recurrencia a las políticas monetarias de los desarrollados afectan el flujo financiero hacia los mercados emergentes y se añade a la volatilidad de los comodities .

Algunos gobiernos centrales intentan introducir reformas estructurales, sin embargo esas reformas se orientan principalmente hacia la flexibilizacion del mercado laboral. Las mismas pueden ser contraproducentes, ya que si, por ejemplo,firmas poco eficientes pueden mejorar sus pobres ganancias recortando salarios, no se verán forzadas a incrementar su productividad para sobrevivir y crecer.Además tales reformas atentan contra el crecimiento de la demanda interna.

La reforma del mercado laboral no es la forma de salir de la crisis, porque la crisis actual no se originó en el mercado laboral. Las reformas estructurales deben dirigirse a las causas de los problemas actuales, que son la inestabilidad del sistema financiero y la creciente tendencia hacia la inequidad social.

En contraste, las reformas estructurales que están adoptando algunos países en desarrollo, están dirigidas a crear o reforzar las redes de seguridad social y expandir las políticas públicas para apoyar la inversión y el cambio estructural. Muchas de esas medidas son contraciclicas orientadas a salvaguardar el empleo y apoyar la actividad económica en tiempos difíciles .

Los países en desarrollo no pueden soportar por sí solos la carga del crecimiento de la economía global. Se requieren medidas urgentes, especialmente en los países centrales para restablecer el crecimiento y alejar nos del riesgo creciente de una segunda recesión .

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