jueves, 6 de diciembre de 2012

Triste espectáculo republicano



Por Ricardo Panico

La población asiste atónita, muchos sin entender la galimatía técnica que envuelve la actuación de los tres poderes de la república, que se supone gobiernan armoniosamente y sin empujarse unos a otros.
Una ley sancionada por el poder legislativo demora años en entrar en vigencia por el freno jurídico aplicado por el poder judicial a instancias de un grupo económico que no pudo convencer al poder legislativo de que la ley era perjudicial para la nación.
La máxima autoridad del poder judicial, no interviene durante esos tres dejando que las cosas sigan su curso errático, e interviene a último momento emitiendo un fallo que cuanto menos es confuso.
Esa confusión provoca lo que todos veían venir, los camaristas, para colmo recusados por falta de ética jurídica, desobedecieron.
Mientras tanto, el poder ejecutivo, no acierta con el procedimiento apropiado para enfrentar al poder económico .
La pregunta que queda flotando en la calle, es como confiar en una justicia que demuestra no tener los ojos tapados. Aquellos que deben recurrir a ella lo hacen temerosos de encontrarse con abogados y jueces proclives a dejarse convencer de participar a favor de alguna parte, por razones económicas o políticas. Triste espectáculo.

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